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En las artes marciales, la meditación sobre las acciones pasadas nos conduce a la habilidad y destreza en acciones futuras

The God Hand

  "Mientras los dos discutían, el japonés se puso la mano detrás de la espalda al cinturón y sacó un cuchillo, y esgrimiéndolo en el aire se acercó. Cuando el japonés estaba lo suficiente cerca para clavar su arma, se echó sobre su oponente. En un instante el Coreano paró el ataque y con el brazo izquierdo lanzó un golpe de revés que se estrelló contra la cara. Hubo un ruido horroroso, como cuando se raja una sandía madura. El japonés estaba muerto antes de caerse al suelo, matado de un solo golpe. El Coreano tuvo suerte porque el japonés era un mafioso sospechoso de varios asesinatos: el tribunal le dejó en libertad con un severo aviso."

  Ese incidente quizás fue el punto decisivo en la vida de Hyung Yee de 24 años, quien más tarde adoptó el nombre japonés de Masutatsu Oyama. Sus puños eran fuertes, demasiado poderosos para golpear la carne y huesos humanos. Oyama se dedicó a pelear contra bestias salvajes, con la única ayuda de su manos, a destrozar árboles y piedras, botellas y tejas, ladrillos y tablas. En 1960, el New York Times le llamó "el hombre más duro del mundo". Pero según Oyama, "El hombre más poderoso del Karate es también el más débil. El se da cuenta de que puede matar a un hombre con un solo golpe y entonces ha de aprender a controlarse. Empecé a tener pesadillas en las cuales la mujer de ese hombre japonés lloraba por la muerte de su marido", dijo Oyama. En ese momento decidí cambiar mi vida completamente. En vez de convertirme en un líder de una banda, elegí otro camino en la vida y me convertí en Instructor de Karate".

Un Samurai de nuesta era ...

Yong I-Choi nació el 27 de Julio de 1923, en una  villa  no  muy  lejana  de  Gunsan  en Sur Corea. Para estos años el Japón  dominaba gran  parte  de  los  paises asiaticos,  entre ellos Corea,  parte de China,  especificamente  Manchuria,  el  cual  los japoneses denominaban Manchuko. Perteneciente a una familia aristocrática, de un padre que podriamos llamar un Lord y de una  madre  altamente humilde y de unos principios espirituales muy elevados;  deciden  trasladarse a Manchuria a una granja perteneciente a la familia.

Encontrandose en ese lugar, bajo la influencia de estilos de peleas chinos y con la influencia de su madre que por tradición era aficionada  a l as artes marciales  (su abuelo fue practicante  de  diferentes estilos coreanos de peleas). Es  su madre  quien  le enseña las primeras lecciones de artes marciales  y a  la edad de 9 años, empieza formalmente a estudiar la forma del estilo del Sur de China de  Kempo llamado las "18 manos de un Sr. llamado Yi"  quien para  ese entonces se encontraba trabajando en la Granja. Cuando Oyama volvió a Corea al a edad de 12 años, el continuo su entrenamiento en el Kempo Coreano.

En 1938, a la edad de 15 años, viaja a Japón para prepararse como aviador. Debido a que es un coreano   en tierras japonesas se le dificulta esta meta, así que deja el entrenamiento de aviador a un lado.
  Se   instala en la jefatura de Chiba continuando sus estudios de artes marciales se percata que no tendrá   avance al menos que se registrará en una academia reconocida por Japón. Una familia de apellido   Oyama muy amiga del padre , lo recibe en su casa, y comparte con el valores y principios de la familia   japonesa, los cuales forman parte de su esencia. Dandose cuenta el de que siendo coreano y de que  Japón sería la cuna de formación en la vida decide adoptar el nombre de Masutatsu Oyama.


Para esos tiempos las artes marciales, en específico el Karate, estaba prohibido practicarlo. Japón decide legalizarlo y convoca a los maestros de Karate.  Un maestro  de escuela   es nombrado por los grandes  maestros de karate que se residenciaban en las  islas  de  okinawa (lugar  que  se   practicaba  libremente  debido  a  su situación geográfica)  para  que  los  representaran, Masutatsu Oyama ve la  oportunidad de continuar y llenar los requisitos necesarios, visita el dojo del maesytro Funakoshi en la Universidad de Takushoku.

Su progreso en el entranamiento era tal que a la edad de 17 años ya era 2do dan, y para la edad en que el entró a la Armada Japonesa Imperial a los 20, el era 4to dan. A estas alturas  tomó un gran interes por el Judo y su progreso no fue menos sorprendente. Para la epoca que dejo el Judo (cuatro años desde que comenzó) había alcanzado el grado de 4to dan en la especialidad.

So Nei Chu

Un maestro el cual era conocido como el Tigre, practicante de un Karate más fuerte pero con los requesitos que Japón exigía llama la atención de Masutatsu Oyama, So Nei Chu.

El Maestro So, otro Coreano  (de la misma provincia que Oyama) que vivía en Japón, quien era gran mestro del Goju Ryu, era reconocido tanto por fuerza espiritual como física. El fue quien animó a  Mas Oyama a dedicar su vida a la artes marciales.

Dando clases en la provincia de Chiba consigue obtener admiración entre sus estudiantes siguiendolo a sus ideas personales.    

 

El Alba Marcial

Cuando el tenía 23 años conoció a  Eiji Yoshikawa, el autor de la novela Musashi, la cual estaba basada en la vida y proezas del famoso Samurai. Ambos, tanto la novela como el autor ayudaron a enseñar a Mas Oyama acerca del Código del Bushido Samurai y que significaba. Ese mismo año, Oyama fue a  Monte Minobu en la prefectura de Chiba, donde Musashi había desarrollado su estilo Nito-Ryu de combate con Espada. Oyama pensó que este podría ser un lugar apropiado para comenzar el riguroso entranamiento que el había planeado para si mismo. Entre las cosas que llevo consigo fue una copia del libro deYoshikawa.Un estudiante llamado Yashiro decidió seguir el mismo camino de su maestro.

La soledad se hizo sentir fuertemente al igual que el  entrenamiento, y luego de seis meses, Yashiro se fue secretamente durante la noche. Esto hizo que fuera más duro para Oyama, quien quizó más que nunca regresar a la civilización. So Nei Chu le escribió diciendole que tenía que razurarse una ceja con el objeto de quitarse un poco las ganas de volver. Por supuesto el no querría que la gente lo viese así! Esto y otras palabras más, convencieron a Oyama a continuar.

Transcurrido 14 meses baja de la montaña. Al llegar a la ciudad se encuentra con unos practicantes de karate que estaban realizando un torneo. El preguntó si podía participar; por su aspecto desgreñado, ropas en mal estado, un pelo largo y una barba que cubría el rostro, llama la atención de estos maestros y creyendo que era un loco le exigen que para poder participar tenía que romper un buen lote de tejas o ladrillos. Al preguntarle cuanta cantidad quería romper, el responde un tanto así (llevando la mano a la altura de su cintura) es de suponer que estaba hablando de un 1 metro o más de tejas, esto sorprendió a los jueces y más aún cuando las logra romper todas con el canto de la mano.

Unos meses después, en 1947, Mas Oyama ganó la sección de Karate del primer Campeonato Nacional Japones de Artes Marciales despúes de la segunda guerra mundial. Sin embargo, todavía se sentía vacio por no haber completado los tres años de soledad. Decidió entonces dedicar su vida completamente al Karate-do. Así que empezó de nuevo, esta vez en la montaña Kiyozumi, en la prefectura de Chiba. El seleccionó este sitio por su ambiente de alta espiritualidad.

Esta vez su entrenamiento fue fanático — 12 horas al día, siete días a la semana- parandose entre caidas de agua heladas, rompiendo piedras de rio con sus manos, usando arboles como makiwara, haciendo paradas de manos con los nudillos.etc. Cada día incluía un período de estudio de los clásicos antiguos de las artes marciales, Zen y filosofía.

Después de 18 meses bajó completamente satisfecho. Dando comienzo a una nueva técnica en Karate, el cual los japoneses llamaban "El Karate de Oyama".

Toros, Desafíos y la Mano de Dios

Casualmente, en una fiesta, parecida a las ferias españolas que dejan salir toros a la calle, Mas Oyama se encontró  en una calle donde venia un toro, el corrio pero   al llegar a un callejon sin salida y encontrandose acorralado tomó la posición Senkutsu-dachi  y cerrando su puño y antes de ser enbestido por el toro le propinó un  golpe con sus nudillos al craneo del animal dejandolo muerto al instante.

En 1950, Sosai (El fundador) Mas Oyama comenzó a complacer peticiones de sus peleas con toros. En total, el peleó 52 toros, 3 de los cuales fueron muertos instantaneamente, y 49 les arrancó los cachos con un golpe de su mano abierta. No todos fueron sencillos, en México un animal lo logró cornear en la espalda, Oyama pudó sin embargo arrancarle los cachos al animal, pero luego tuvó que estar 6 meses en recuperación por el trágico accidente.

En 1952, viajó a los Estados Unidos por un año, demostrando su vida por el Karate en vivo y  en televisión. Durante los años siguientes, tomó todos los desafíos que le plantearon, resultando 270 peleas con diferentes personas. La gran mayoría de estos fueron derrotados solo con un golpe! Una pelea no duro más de 3 minutos, y la mayoría no más de unos segundos. El principio de su combate fue muy simple - si te alcanzaba, eso era todo.

Si te pegaba, te fracturaba. Si lograbas colocar una defensa, tu brazo se fracturaba o se dislocaba. Si no te quebraba las costillas. Llegó a ser conocido como "Mano de Dios", una viva manifestación de la máxima de los guerreros japonenes Ichi geki, Hissatsu o "Un golpe, muerte certera". Para el no era más que el verdadero enfoque o mira de la técnica en Karate. Los trabajos de pie bonitos y las técnicas intrincadas eran secundarios (aunque fue también conocido por el poder de sus patadas a la cabeza).

EL DESAFÍO A BOXEADORES Y LUCHADORES

Oyama siempre tenía las fuentes de inspiración y los modelos humanos muy arraigados. Otto von Bismarck (1815-1898) impresionó al joven Hyung Yee por su carácter guerrero, sus facultades de analizar y su espíritu de sintetizar. Más tarde, Oyama lo tendría en cuenta cuando propuso su propia teoría de unificación de las escuelas de Karate. Otro de sus modelos fue Miyamoto Musashi, el más grande Maestro de sable del Japón. Musashi consiguió numerosos combates a muerte y creó su propio método de sable antes de llegar a ser al mismo tiempo, calígrafo, pintor y filósofo. Oyama se definía así mismo como el "Musashi moderno".

El maestro de Okinawa Sokon Matsumura (1809-1899) inspiró a Oyama en la idea de enfrentarse a toros. So Neishu le transmitirá las técnicas Zen y los métodos específicos de reclutamiento de la secta Nichiren. De Gogen Yamaguchi (1909-1989), Oyama aprendió los principios del entrenamiento en la montaña y las meditaciones bajo las cascadas. Hay otro maestro en el cual Oyama se inspiró mucho, éste fue Choki Motobu (1870-1944). Originario de Okinawa, Motobu representó un papel importante en el desarrollo de dos artes, el Karate, y el Kempo. Con una personalidad independiente y controvertida, llegó a ser conocido por sus desafíos públicos y con éxito, a los expertos de Karate, Boxeo y Lucha.

Al comienzo de los años 50, Oyama incorporó a su cuenta, el principio de los desafíos. En 1952, fue a los Estados Unidos, a Chicago, a invitación de la U.S. Profesional Wrestling Association (Asociación de Lucha Profesional), acompañado de Kokichi Endo (6º dan de Judo y de un luchador hawaiano llamado: The Grat Togo (El Gran Togo).

He aquí un comentario del maestro a propósito de este viaje: "Me gustaría dejar claro que verdaderamente yo no quería salir a hacer este viaje, pues me molestaba aceptar dinero por las exhibiciones de Budo, pero está claro que yo necesitaba vivir y me proponían 100 dólares por semana y todos los gastos pagados. Después de la guerra, en Japón, eso era una fortuna...Ah, yo estaba fuerte en esta época. Yo hubiera podido ser campeón de atletismo pero todo lo que me interesaba, era el Karate". (Oyama Masutatsu in "Mas Oyama, la Leyenda del Karate", revista Dojo-Artes Marciales nº 29, febrero 1989).

"El Wrestling Hall de Chicago era un inmenso gimnasio que podía acoger a más de 15.000 personas. Esa tarde estaba lleno. Great Togo me presentó al ayudante. Él hablaba inglés y yo no entendía una sola palabra de su discurso...Yo iba a hacer la demostración de mis habilidades de karateca justo antes del combate de lucha que debería ser el acontecimiento principal de la velada...
Tenía previsto romper antes de todo una sola plancha de madera de una pulgada de espesor, después romper hasta cinco, apiladas unas sobre las otras...
Pero cuando se me presentaron las planchas la sorpresa fue mayúscula: ¡se trataba de hacerlo con dos planchas de madera de cinco pulgadas de espesor cada una! Yo comprendí entonces que la barrera del lenguaje me iba a costar muy cara...La primera plancha se rompió limpiamente bajo los efectos de mi primer golpe y Endo me preguntó si yo quería continuar...El cogió la segunda plancha con las dos manos y retrasó una pierna para asegurar su posición. Era la primera vez que yo iba a intentar romper una plancha tan gruesa, sostenida verticalmente...tras un pequeño instante de concentración, yo rompí esta segunda plancha al primer tsuki...
Yo tenía que realizar el rompimiento siguiente sobre ladrillos. Pero yo ignoraba que los ladrillos americanos eran mucho más duros que los ladrillos japoneses. Además, no había ningún soporte rígido para apoyarlos y el suelo del ring estaba recubierto de un tapiz flexible y espeso...
Yo golpeé la primera vez en shuto, sin éxito...hice una nueva tentativa, pero el resultado fue idéntico...decidí entonces tomarme el tiempo necesario para concentrarme y una tranquilidad extraña comenzó a invadirme. La cólera y la impaciencia comenzaron a abandonar mi espíritu poco a poco, mientras que una nueva fuerza me penetraba...después de mi logro, yo fui ovacionado como nunca lo había sido...
De vuelta a los vestuarios, tuve la conciencia de que un hombre me atendía...el examinaba mi mano derecha con atención: "¡Ya me gustaría que las manos de mis hijos fueran tan fuertes como éstas! Este hombre era Jack Dempsey, uno de los boxeadores más grandes de todos los tiempos".

Durante su tourné americana, Endo y Oyama tomaron el apodo de "Ko-Togo" (Pequeño Togo) y "Mas Togo". Entre 1952 y 1954, Oyama realizó más de doscientas exhibiciones sobre el territorio americano y salió victorioso de numerosos enfrentamientos contra luchadores y boxeadores. A propósito de esto, Jerry Beasley escribió en su libro "American Karate, The Master Text": "Oyama introdujo la imagen del superhéroe oriental. Era una imagen de Karate en tanto en cuanto un arte místico, que permitía a sus adeptos defenderse de numerosos adversarios y de romper objetos inanimados..."

En 1954, de vuelta a Tokio, Oyama creó su primer centro de entrenamiento al que llamó: Oyama-Dojo. En 1956 fue a Okinawa para estudiar las formas antiguas de Kenpo. Posteriormente fue al Sudeste asiático, donde se enfrentó a un campeón de Boxeo Thailandés (Muay-thai) apodado Black Cobra.

El maestro comentó acerca de su combate: "uno de los objetivos de mi viaje al Sudeste asiático era comprobar la eficacia de Thai-Boxing como un método de auto-defensa...
Black Cobra estaba perfectamente confiado en su capacidad de enfrentarse a un karateca...no había ninguna duda para mi que él era un "tonel" a la vez que rápido y poderoso...sus técnicas de piernas eran notables y peligrosamente eficaces. Varias veces intentó alcanzarme la cabeza con golpes de pie circulares. Tenía igualmente unos excelentes reflejos y no dudaba jamás en saltar sobre mí cada vez que él tenía ocasión...
Tenía un sentido sorprendente del equilibrio, aunque él falló en sus intentos de golpear con los pies, nunca perdía su estabilidad, y eso es muy raro en este tipo de técnica...
Durante los primeros minutos de combate, yo le di la impresión de llevar bien sus ataques...él me quería encontrar la apertura y el momento oportuno...finalmente, yo conseguí asestar un ataque decisivo con la mano al mentón. Encadenado inmediatamente por un golpe de pie al cuerpo...nos caímos los dos… pero solo yo me levanté...
Todo maltrecho, yo no estaba completamente satisfecho de mi victoria...lo que me hacía todavía mejorar mi capacidad de encadenar las técnicas de brazos y piernas".

Estas demostraciones, peleas y presentaciones eran exigencias de la época.

En 1953, Mas Oyama abrió su primer "Dojo", un lote de grama en Mejiro, Tokyo. En 1956, el primer Dojo real fue abierto en un estudio de Ballet detras de la Universidad de Rikkyo, 500 metros de la actual localidad del Hombu Dojo en japón (headquarters). En 1957 habían 700 miembros, sin contar el alto porcentanje de abandono debido a lo fuerte de los entrenamientos.

Los miembros del Dojo de Oyama toman el Kumite en serio, viendolo primero como un arte de pelea. En una entrevista le preguntan que como se llama su Karate ya que se conocía como Oyama, que cual era ese estilo - y el reponde - Mi Karate es aquel que llegó al vertice o al apice de la verdad o sea es la cumbre de la verdad, que en japones es Kyokushin.

El 24 de Abril de 1994, en la ciudad de Tokio, muere el Sosai Masutatsu Oyama, dejando un gran legado a sus estudiantes y seguidores.


 

 

 

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